SILVINA CALVO - Madrid - 23/03/2010
Hay más de mil millones de personas que se ven privadas de agua limpia, y casi el triple no tienen acceso a un saneamiento adecuado. En el África subsahariana, el 40% de la población no tiene agua potable.
Esta situación tiene un enorme coste humano y socioeconómico. Miles de mujeres caminan muchos kilómetros a diario en su búsqueda. Ello les impide asistir al colegio (acentúa la desigualdad de género). A su vez, el agua contaminada, no saneada, es transmisora de enfermedades (cólera, fiebre tifoidea, hepatitis A, diarrea, dengue, polio, salmonelosis, etcétera). Diez mil personas mueren al día por esta causa; la mitad son niños menores de cinco años. Los más afectados son los pobres de las zonas rurales. Detrás de este gravísimo problema se esconden otras variables: poder, pobreza y desigualdad. La crisis mundial del agua es una realidad silenciosa. Más allá de la escasez y del cambio climático hay profundos intereses. Las futuras guerras, ¿serán por petróleo? ¿Por buscar "armas de destrucción masiva"? ¿O por el agua?
Celebremos el Día Mundial del Agua -22 de marzo- siendo conscientes y responsables de esta situación. El gran desafío medioambiental del siglo XXI será conservar este valiosísimo recurso natural, que no es infinito y es condición sine qua non para la vida misma.
Hasta siempre
Hace 6 años
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